Reconozcámoslo, basta de ambages, sin monitorización, su equipo camina sobre la cuerda floja, a 30 pisos de altura y sin red de seguridad: un movimiento en falso y ¡PAM! ¡Se acabó! ¡Omelette de sesos para las palomas del barrio!

Por ello, hoy, en el sagrado y glauco blog de Pandora FMS, te traemos una serie de testimonios, de casos reales, enviados por nuestros estimados usuarios, donde les pedimos que nos cuenten sus miserias a cambio de llevarnos la única moraleja posible:

Monitorizar tus equipos es algo tremendamente importante

Ramontxu Ortega, Software Engineer: “Es como un vaso de zumo para tus servidores”

“Soy padre de un niño pequeño. Antonio se llama. Lo conozco, bastante diría, y bajo ningún concepto le daría un vaso de zumo sin tapa y esperaría que todo fuera bien.

Una vez lo hice. Confié en él. Error. Derramó todo el zumo accidentalmente sobre mi colección de figuras de origami basadas en los personajes interpretados por Bernard Hill. (Titanic, El Rey Escorpión, Señor de los Anillos, The Kid…)

Bien, pues del mismo modo en que no puedo confiar en mí hijo tu no puedes operar con tus servidores sin un software de monitorización.

El software de monitorización es esa tapa a presión que hará que tus figuritas no acaben empapadas. A Antonio puedo perdonarlo. Tiene 11 años y problemas de equilibrio, pero los problemas de rendimiento por no usar un software de monitorización son inexcusables.”

Jackie Breslin, Quality Assurance Engineer: “Es como ir al dentista. Más o menos”

“Mi antiguo dentista se llamaba John, John No sé qué.

Tenía una pequeña clínica dental a las afueras de Chippewa Falls. John tenía el equipo más puntero y creía que su equipo estaba en buenas condiciones de funcionamiento.

Sin embargo, un día, mientras un paciente (YO) estaba en medio de una endodoncia, el taladro dental dejó de funcionar de repente. John se vio obligado a dar un tremendo grito de indignación que asustó tanto al paciente (YO) como a media Chippewa Falls.

Interrumpió el proceso por supuesto y cambió la cita del pobre paciente para otro día, lo que provocó la frustración y el odio tanto del paciente como del personal.

Lo que vengo a decir con todo este rollo macabeo es que hay que hacer, SIEMPRE, un seguimiento del uso y el rendimiento de tu equipo.

Imagina que el inoperante de John tuviera una especie de software mágico que detectara problemas en sus taladros antes de que estos se queden atorados en la dentada de sus clientes.

Un buen software de monitorización es crucial para mantener la salud y la longevidad de tu equipo.

Invierte en un software de monitorización. Evita fallos. Garantiza el correcto funcionamiento de las cosas.

En fin… No seas como John.”

Mauricio Núñez, DevOps Engineer y CEO: “Quizá es cómo comprobar el tiempo”

“Ahí estábamos, como una buena empresa tecnológica que acababa de lanzar su primer producto. Entusiasmados con el producto y seguros de que todo funcionaba correctamente. No había por qué meter más pasta en la monitorización. Si eso más adelante…

Una mañana, dos o tres días después de arrancar, decido consultar la web de la empresa desde el teléfono. Nada, estaba caído. Totalmente. Presa del pánico, llamé a mi equipo para averiguar qué estaba pasando. Se había caído debido a un repentino aumento del tráfico. No esperábamos una cosa así.

Tuve que haber comprobado el tiempo antes de salir de casa, por así decirlo.

Al fin y al cabo, igual que el protector solar te protege de las quemaduras, el software de monitorización protege tu equipo de caídas inesperadas por picos de tráfico.

Qué buena analogía.

También puedo hacerla con la lluvia: Si hubiera mirado el tiempo, habría sabido que tenía que llevar un paraguas (o, en este caso, un software de monitorización) para proteger la startup de la lluvia inesperada (o, en este caso, de los picos de tráfico).

Debí dedicarme a la escritura”

Julia Salas, Marketing Professional: “Es como jugar al escondite”

“Una vez, de niña, jugando al escondite a oscuras con los amigos me cagué de miedo. Literalmente. Siempre tuve miedo a la oscuridad, lo que no sabía es que se acrecentaba cuando me tocaba a mí pillar en el escondite.

Aquel día cerré los ojos, conté hasta diez y empecé a buscar a todos en aquella casa abandonada.

Lo hice terriblemente mal, cada vez que iba a desvelar a alguien me paralizaba el miedo. La gente se dio cuenta y decidió darme un break.

Salvo Sara. Sara encontró el escondite perfecto.

Se metió en un armario de dos puertas en el sótano. La buscamos por todas partes. Evidentemente nadie iba a abrir aquel ropero decimonónico. La llamamos incluso al móvil cuando nos cansamos. Lo había apagado.

La ansiedad me pudo y tuve que ir a defecar al campo aledaño.

Ahora trabajo con programas de vigilancia monitorizados por software que hubieran encontrado a Sara en un santiamén.

Los software de monitorización sirven para más cosas. Avistar amenazas a la seguridad, detectar fallos de hardware, buen uso de los recursos… Yo solo lo usaría para encontrar algo que no sabías que estaba ahí. Como la miserable de Sara, que salió horas después de su escondite cubierta de polvo y con una sonrisa en la cara.”

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