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Realizar pagos con el móvil, pedir cita online en nuestro centro de salud o ver una película en streaming… Ninguna de estas costumbres que forman parte de nuestro día a día sería posible sin servidores potentes y permanentemente accesibles.
Todos tenemos una idea aproximada de qué es un servidor, pero tal vez lo asociamos con demasiada frecuencia al hardware físico. Los servidores informáticos pueden variar mucho en su arquitectura o en el tipo de tecnologías que utilizan. En este artículo te explicaremos detalladamente cómo funciona un servidor y cuáles son los tipos de servidores más utilizados en cada industria.
Definición de servidor
Un servidor es un sistema informático que proporciona recursos o servicios a otros ordenadores llamados “clientes” a través de una red, ya sea una red local o global como Internet. Esos “clientes” pueden ser nuestros portátiles o nuestros teléfonos móviles que estén conectados a ese servidor para ver una página web, realizar una reserva.
Para que un servidor funcione necesita contar con un hardware y un sistema operativo.
El hardware es la máquina física donde se almacenan la información, ficheros, archivos, etc. Consta de una serie de componentes tales como:
- Fuente de alimentación.
- Placa base.
- Unidades de procesamiento (CPU).
- Sistema de almacenamiento.
- Interfaz de red.
- Memoria RAM.
El hardware debe funcionar de manera ininterrumpida, es decir, un servidor nunca se apaga, funciona 24/7 y siempre debe estar operativo. Por eso hay que monitorizarlo, para asegurarse de que su estado es correcto y de que sigue haciendo lo que tiene que hacer).
El sistema operativo permite que las aplicaciones accedan a los recursos del servidor. Normalmente los servidores modernos trabajan con los sistemas operativos Linux o Windows. Quizás te sorprenda saber que la mayoría de las WEB y sistemas de comercio electrónico del mundo funcionan bajo Linux, pero lo cierto es que en casi todas las empresas se utiliza una combinación de servidores con varios sistemas operativos combinados.
Importancia de los servidores en la computación moderna
Los servidores informáticos están en el centro de todas las infraestructuras tecnológicas modernas. No sólo almacenan y entregan datos, además pueden realizar operaciones de procesamiento y cálculo que son críticas para el funcionamiento de muchos servicios, por ejemplo, cuando buscas el billete de avión más barato en una web, muchos servidores trabajan para tí.
Sin servidores no existirían avances tecnológicos tan importantes como las conexiones de Internet, la inteligencia artificial (IA) o el análisis masivo de datos (Big Data), existen muchos tipos de servidores, atendiendo a qué hacen y cómo están construidos por dentro, pero eso lo veremos más adelante.
Historia y evolución de los servidores
Los servidores existen prácticamente desde los inicios de la informática. Antes de que aparecieran los ordenadores de uso personal a finales de la década de los 70 del siglo pasado, los datos se almacenan y procesan en grandes y potentes máquinas de computación llamadas mainframes que podían ocupar salas o edificios enteros.
Los mainframes se controlaban mediante teclados conectados y pantallas alfanuméricas. La adquisición, instalación y mantenimiento de estas computadoras resultaba muy costosa y a menudo sólo estaba al alcance de las grandes compañías. Otro inconveniente era que cada fabricante tenía sus propios protocolos de comunicación, y esto dificultaba mucho la interoperabilidad entre diferentes sistemas.
Algunos ejemplos de servidores populares de esta época fueron IBM System/360 Modelo 67, un mainframe desarrollado por IBM en 1965 que fue de los primeros en incluir características avanzadas como la memoria virtual o Dec PDP-11, una microcomputadora creada por Digital Equipment Corporation a comienzos de los 70, y que se utilizó principalmente en instituciones académicas y grandes empresas para el procesamiento de datos a gran escala. Hoy en día siguen existiendo modelos de IBM 360 operando comercialmente, especialmente en bancos.
Década de los 80
En la década de los 80 se introdujo el modelo cliente-servidor, que permitió distribuir los recursos del sistema en una red más amplia. Algunos de los servidores conocidos eran Novell Netware (1983), diseñado específicamente para la gestión de redes de área local, o Microsoft Windows NT (1989), primer antecesor comercial de nuestros hoy omnipresentes servidores Windows.
Una fecha emblemática en la historia de los servidores es el 20 de diciembre de 1990. El científico e informático británico Tim Berners-Lee estaba trabajando junto a Robert Caillau en un proyecto de investigación para el prestigioso Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) de Ginebra. Lee propuso que el intercambio de información se realizara a través de un sistema de hipertexto “CERN httpd” y alojó su trabajo en su propia computadora personal con una nota pegada que decía: “Esta máquina es un servidor. No apagar”. Fue así como nació el primer servidor web.
Berners-Lee está considerado como el fundador de la World Wide Web (www y de ahí luego conocida vulgarmente como “la web”). Su contribución cambió para siempre la forma de acceder y compartir información a nivel global, gracias a la web.
Década de los 90
Con el auge de Internet en la década de los 90, los servidores se convirtieron en una pieza fundamental de la infraestructura de red. En esta época surgieron los primeros data center para alojar sitios web y servicios de correo electrónico.
Además, el desarrollo de tecnologías middleware como Java EE (Enterprise Edition) y .NET Framework dio lugar a servidores diseñados específicamente para alojar aplicaciones empresariales complejas dentro de un entorno administrado.
Algunos servidores de aplicaciones destacados fueron: Microsoft Internet Information Services (IIS) lanzado por Microsoft en 1995, que funcionaba como servidor web y ejecutaba aplicaciones en ASP y ASP.NET; Oracle Application Server (1999), que soportaba tecnologías como Java EE y ofrecía capacidades avanzadas de gestión y despliegue de aplicaciones o Netscape Application Server, que llegó al mercado a mediados de los 90 como un servidor para administrar aplicaciones web corporativas.
Comienzos del 2000
A comienzos del 2000 aparecieron los primeros software de virtualización como VMware e Hyper-V, que permitieron la creación de máquinas virtuales. Originalmente se utilizaron para incrementar las capacidades de hardware de los servidores físicos, pero con el paso de los años fueron evolucionando. Hoy en día un servidor puede ser simplemente un software que se ejecuta en uno o más dispositivos. Algunos ejemplos de servidores virtuales que surgieron por estas fechas son VMware ESX Server (1999), Microsoft Virtual Server (2004) o Xen, creado en 2003 por la Universidad de Cambridge, y que permitía la ejecución simultánea de varias máquinas virtuales en el mismo servidor mediante un hipervisor.
Época actual
A partir de mediados del 2000 y hasta nuestros días, la, computación en la nube ha ido ganando relevancia.
Según un informe publicado por Gartner, entre 2025 y en 2028 las empresas dedicarán el 51% de su presupuesto TI a la migración de sus servicios a la nube y el Cloud Computing será un componente esencial para la competitividad.
Algunos proveedores conocidos son Amazon Web Services (AWS), lanzado por Amazon en el año 2006; Google Cloud Platform, lanzado por Google en el año 2008; o Microsoft Azure, una plataforma similar a AWS que vio la luz en 2010.
Estos proveedores ofrecen una amplia gama de servicios, desde almacenamiento y bases de datos en la nube, a herramientas que permiten a las empresas escalar sus operaciones de manera flexible.
Funcionamiento de un servidor
Proceso de configuración y respuesta a solicitudes
La configuración del servidor es esencial para poder gestionar eficientemente los recursos de la red y ejecutar las aplicaciones de forma segura.
Es un procedimiento que abarca diferentes aspectos de hardware, software, configuraciones de red y seguridad. Se divide en las siguientes etapas:
- Elección del sistema operativo (Linux, Unix, Windows Server) y configuración de los permisos necesarios (roles, políticas de seguridad, etc.).
- Configuración del hardware: CPU, RAM, almacenamiento, etc.
- Configuración de la red realizando ajustes como las direcciones IP, tablas de enrutamiento, DNS, firewalls, etc.
- Instalación de las aplicaciones y servicios necesarios para el funcionamiento del servidor.
- Implementación de medidas de seguridad: gestión de accesos, instalación de parches para corregir vulnerabilidades o de herramientas de monitorización para detectar amenazas.
Una vez configurado el servidor estará listo para responder a las solicitudes.
Los servidores atienden las solicitudes de los clientes a través de
protocols. Los protocolos son un conjunto de reglas para el intercambio de datos a través de la red.
Para que la comunicación entre cliente y servidor sea efectiva, ambos dispositivos deben seguir el mismo protocolo. Por ejemplo, en el caso de los servidores web se utiliza HTTP/ HTTPS o protocolo de transferencia de hipertexto; SMTP para el correo electrónico y FTP para la transferencia de archivos.
Además, existen protocolos de red que fijan las directrices de direccionamiento y enrutamiento, es decir, el itinerario que deben seguir los paquetes de datos. El más importante es el protocolo IP (Internet Protocol) que soportan todos los fabricantes y sistemas operativos para redes WAN y locales. También TCP (Transmission Control Protocol), considerado como un estándar en las conexiones de red sobre el que envían datos la mayoría de protocolos posteriores.
Roles del sistema operativo y aplicaciones complementarias
Los sistemas operativos son una pieza clave de la arquitectura cliente-servidor, puesto que gestionan la entrega de recursos y proporcionan un entorno estable y seguro para la ejecución de aplicaciones. Además, están optimizados para poder configurar y administrar los equipos de manera remota.
Sus funciones principales son:
- Gestionar y asignar los recursos como CPU, memoria y almacenamiento, garantizando que el servidor sea capaz de atender múltiples solicitudes de clientes de manera simultánea.
- Distribuir la carga de trabajo entre diferentes nodos para optimizar el rendimiento y prevenir cuellos de botella.
- Controlar el acceso a las aplicaciones del sistema, asegurando que sólo los usuarios autorizados puedan realizar modificaciones.
- Implementar los protocolos de red que permiten la transferencia de datos entre cliente y servidor.
- Administrar y ejecutar múltiples procesos y subprocesos.
Además del sistema operativo, hay otras aplicaciones complementarias que añaden funcionalidades al sistema, por ejemplo, servidores web (Apache, Nginx), sistemas de gestión de bases de datos (MySQL, PostgreSQL), sistemas de archivo (NFS) o herramientas de monitorización y control remoto para supervisar el estado y rendimiento de los servidores.
Modelo cliente-servidor: solicitud y respuesta
En la arquitectura cliente-servidor tenemos un programa o dispositivo llamado cliente que solicita servicios o recursos y un servidor que los proporciona. Por lo general, los servidores están preparados para recibir un gran número de peticiones simultáneas. Para funcionar necesitan estar conectados a una red local (LAN) o a una red amplia (WAN) como Internet.
El proceso de solicitud y respuesta se realiza en una serie de pasos:
- El cliente (navegador web, dispositivo, aplicación) envía una solicitud utilizando un protocolo específico (HTTP/HTTPS, FTP, SSH).
- El servidor recibe la solicitud, comprueba su autenticidad y entrega los recursos solicitados (archivos, bases de datos, etc.).
- Los datos se dividen en paquetes y son enviados a través de la red.
- El cliente reensambla los paquetes en el orden correcto para formar una respuesta.
Tipos de servidores
Existen servidores especializados en realizar tareas específicas. Los más conocidos son:
Servidores de archivos
Se utilizan para almacenar y compartir archivos en una red. Son muy útiles en entornos empresariales, dado que favorecen la colaboración y el trabajo en remoto, haciendo que la información esté siempre accesible para los usuarios. Además, permiten crear copias de seguridad de forma centralizada, facilitando la recuperación en caso de pérdida.
Para acceder a un servidor de archivos a través de Internet se utilizan diferentes protocolos como FTP (el protocolo estándar para la transferencia de datos) o SCP (protocolo de transferencia segura de archivos usando SSH). Para redes de área local (LAN) se utilizan protocolos como SMB (redes Windows) y NFS (redes Linux).
Hoy en día estos servidores empiezan a estar en desuso con la popularización de los entornos de disco compartido en la nube, tales como Google Drive o Office 365.
Servidores de aplicaciones
Proporcionan acceso remoto a aplicaciones y servicios. Se suelen utilizar para ejecutar software que requiere muchos recursos de procesamiento y memoria.
En entornos empresariales, los servidores de aplicaciones son ideales para ejecutar aplicaciones críticas como los ERP y los CRM. Además, simplifican la gestión ya que sólo es necesario instalar y mantener el software en una única máquina, en lugar de hacerlo en diferentes equipos.
Las herramientas de desarrollo, los entornos de prueba y programas especializados también se pueden implementar en este tipo de servidores que permiten a los desarrolladores acceder de forma remota sin necesidad de realizar configuraciones locales.
Servidores de correo electrónico
Gestionan el almacenamiento, envío y recepción de correos electrónicos. Además, cumplen otras funciones como la autenticación de los usuarios, la validación de las cuentas de email, el filtrado de spam y la protección contra malware.
Hay servidores de correo entrante (POP3/ IMAP) que gestionan la recepción y almacenamiento, y servidores de correo saliente (SMTP) que realizan los envíos a los destinatarios.
Servidores web
Almacenan y organizan el contenido de páginas web (documentos HTML, scripts, imágenes o archivos de texto) y lo muestran en el navegador del usuario.
Los servidores web utilizan el protocolo HTTP/ HTTPS para la transmisión de datos y pueden atender un gran número de solicitudes al mismo tiempo, adaptándose a las necesidades de tráfico variable.
Los servidores web más utilizados en la actualidad son:
- Apache: Es uno de los servidores web más antiguos (1995) y el más popular por ser de código abierto y multiplataforma (compatible con sistemas operativos Linux Windows, IOS, Unix, etc.). Cuenta con documentación extensa y soporte de la comunidad de desarrolladores que forman Apache Software Foundation.
- Nginx: Lanzado en 2004, es el segundo servidor web más utilizado. También es de código abierto y compatible con varias plataformas. Conocido por su alto rendimiento y capacidad para gestionar un gran número de solicitudes simultáneas, es la opción de preferencia para sitios web grandes y con mucho tráfico como plataformas de streaming, redes de entrega de contenido (CDN) o aplicaciones a gran escala.
- Microsoft Internet Services (IIS): Es un servidor web de código cerrado para sistemas operativos Windows. Es compatible con aplicaciones programadas en ASP o .NET
Servidores de bases de datos
Funcionan como un repositorio centralizado donde se almacena y organiza la información de manera estructurada.
Los servidores de bases de datos están preparados para gestionar grandes volúmenes de datos sin problemas de rendimiento. Algunos de los más conocidos son MySQL, Oracle, Microsoft SQL Server y DB2.
Servidores virtuales
A diferencia de los servidores tradicionales, no están instalados en una unidad independiente con su propio sistema operativo y recursos dedicados, sino que constituyen configuraciones dentro de un software especializado llamado hipervisor, como VMware, Hyper-V o XEN.
El hipervisor gestiona las necesidades de computación del servidor y asigna los recursos de procesamiento, memoria o capacidad de almacenamiento.
Gracias a los servidores virtuales, las empresas han logrado reducir la inversión en hardware, ahorrar espacio físico en sus instalaciones, energía y tiempo dedicado al mantenimiento. En lugar de tener servidores físicos infrautilizados, se pueden unir sus recursos para poner en funcionamiento varias máquinas virtuales. Son especialmente útiles en entornos de prueba y desarrollo por su flexibilidad y rápida creación.
Servidores proxy
Actúan como intermediarios entre las solicitudes del cliente y el servidor, normalmente con el fin de mejorar la seguridad.
Los servidores proxy pueden ocultar la dirección IP original, guardar datos en caché de manera temporal o filtrar solicitudes restringiendo el acceso a determinados archivos y contenidos. Por ejemplo, una empresa puede habilitar un proxy para controlar el acceso de sus empleados a ciertos sitios web en horario laboral.
Servidores de monitorización
Supervisan de manera constante el funcionamiento de todos los servidores corporativos así como los dispositivos que forman parte de la red. Un servidor no puede estar inoperativo, pero como hemos visto, un servidor es un elemento complejo que está compuesto de hardware, un sistema operativo, aplicaciones y bases de datos. En una empresa existen muchos servidores, cada uno de ellos con una función, por lo que monitorizar los servidores y los elementos de red es una labor compleja que debe realizarse de manera holística a fin de entender el contexto del problema cuando este suceda.
Los servidores de monitorización utilizan un software específico de monitorización para realizar su labor. Existen diferentes tipos de herramientas de monitorización, algunas se centran solo en equipos de red, otras solo en bases de datos, otras en el rendimiento de aplicaciones (APM) y otras únicamente recogen información de registros (log) del sistema.
Es fundamental que un software de monitorización sea capaz de adaptarse a las diferentes arquitecturas de servidores que existen a día de hoy, especialmente a las basadas en virtualización, en cloud y por supuesto, en red.
Arquitecturas de servidores
Existen diferentes arquitecturas de servidor, cada una con sus características. Algunas de las más comunes son:
Mainframes y microcomputadoras
Los mainframes fueron los primeros servidores informáticos, capaces de procesar datos y realizar cálculos complejos. Tenían un gran tamaño y consumían mucha energía, ocupando salas o incluso edificios enteros. Por esta razón, las empresas más pequeñas y con menos recursos utilizaban microcomputadoras como AS/400 IBM. Aunque no eran tan potentes, aún así podían ejecutar aplicaciones críticas.
Tanto los mainframes como las microcomputadoras tenían un alto costo y escalabilidad limitada.
Servidores de hardware convencionales
A medida que la tecnología avanzaba, los servidores se volvían más pequeños y asequibles. La generación que siguió a los mainframes y microcomputadoras se basó en los ordenadores, eso sí, con especificaciones técnicas superiores a las de los equipos de uso personal: más CPU, memoria RAM, espacio de almacenamiento, etc. No necesitaban monitores ni dispositivos de entrada, ya que se accedía a ellos directamente a través de la red; tampoco interfaz gráfica o audio para ahorrar recursos.
Los servidores tradicionales se siguen utilizando a día de hoy. Funcionan como unidades autónomas con discos duros de gran capacidad, sistemas de enfriamiento avanzados y fuentes de energía ininterrumpida.
A menudo recurren a la redundancia de hardware para garantizar que seguirán estando operativos incluso si se produce un fallo crítico.
Para mantenerlos a temperaturas óptimas y evitar el sobrecalentamiento, se instalan en salas especiales llamadas
“centros de datos”, que están equipados con sistemas de aire acondicionado y sólidas medidas de seguridad. Los servidores suelen ir montados en bastidores o racks para optimizar el espacio disponible.
Servidores Blade
La evolución tecnológica redujo progresivamente el tamaño de los servidores. Los componentes de hardware se volvieron más pequeños y eficientes, dando lugar a una generación de servidores Blade, mucho más compactos y delgados que los tradicionales. Su estructura modular permite optimizar el espacio disponible en los bastidores y facilita la sustitución o reparación en caliente en caso de fallos, garantizando así la continuidad del servicio.
Clustering y combinación de servidores
Avances tecnológicos como la funcionalidad de almacenamiento conectado a la red (NAS) eliminaron la necesidad de que cada servidor tenga su propio sistema de almacenamiento dedicado. Algunas tecnologías importantes son el mirroring, que permite duplicar los datos en múltiples dispositivos para asegurar su disponibilidad, o el clustering, que consiste en agrupar varios servidores para que trabajen como uno solo, compartiendo los recursos de software y hardware dentro de la red. Es una infraestructura descentralizada y escalable donde vamos integrando más dispositivos a medida que aumenta la demanda de servicios.
Virtualización de servidores
El corazón de la virtualización de servidores es el hipervisor que gestiona los recursos de hardware para cada máquina virtual.
Los primeros software de virtualización aparecieron a finales de la década de 1990 y comienzos del 2000.
Actualmente existen dos tipos de hipervisor:
- Bare Metal (VMware, Xen): los cuales se instalan directamente sobre el hardware sin necesidad de un sistema operativo. Ofrecen mayor rendimiento y son más estables, siendo ideales para entornos empresariales.
- Hosted (Microsoft Hyper-V): que se ejecutan sobre un sistema operativo ya existente. Son fáciles de instalar y adecuados para entornos de prueba y desarrollo.
Gracias a la tecnología de virtualización, las empresas pueden gestionar su infraestructura TI de manera más eficiente. Los recursos del servidor se asignan dinámicamente para optimizar el rendimiento de cada máquina virtual, teniendo en cuenta factores como la carga de trabajo o el número de solicitudes recibidas.
Al reducir la cantidad de hardware físico, los servidores virtuales ahorran mucho espacio en los centros de datos y reducen el consumo de energía.
También ofrecen mayor rapidez a la hora de hacer backups, ya que las máquinas virtuales se pueden replicar y respaldar fácilmente la información en otros servidores físicos o en la nube, restaurándola cuando sea necesario.
Por último, los servidores virtuales son ideales para entornos de prueba y desarrollo. Las máquinas virtuales se pueden crear, eliminar y modificar rápidamente. Los desarrolladores pueden probar sus aplicaciones de manera aislada, asegurándose de que el fallo de un proceso no afectará al resto.
Entornos en la nube
Como una evolución de los entornos virtuales, a partir de la primera década de este siglo surgen las plataformas en la nube, iniciadas por Amazon Web Services (AWS), posteriormente por Microsoft Azure y Google Cloud.
Los entornos cloud son servidores virtuales ofrecidos como “pago por uso” y mantenidos por los dueños de dichas cloud (Amazon, Microsoft, Azure), así pues, cuando decimos un “servidor en la nube” estamos hablando de un servidor virtual de Google/Microsoft/Amazon que estamos usando, por horas, por dias o por meses, pero ni siquiera sabemos dónde está físicamente su hipervisor, ni mucho menos, tenemos acceso “material” a él, sólo a través del servicio ofrecido por la empresa que lo comercializa.
La implementación de servidores en la nube hizo posible que las pequeñas y medianas empresas pudieran escalar fácilmente su infraestructura TI, ahorrando costes en instalación y mantenimiento.
La arquitectura de un servidor en la nube está distribuida entre múltiples procesadores, unidades de disco, memoria y conexiones de red. Los recursos se asignan dinámicamente según las necesidades de cada cliente.
Sistemas operativos para servidores
Los sistemas operativos para servidores se centran en la estabilidad y están diseñados para ser configurados y administrados de manera remota. A diferencia de los dispositivos de uso personal, están orientados a la red y no a un usuario final. Además, tienen funciones avanzadas que mejoran su rendimiento en entornos empresariales.
El mejor sistema operativo para servidores es aquel que se adapta a la infraestructura TI y a la carga de trabajo de la compañía. Algunos de los más empleados son:
Microsoft Windows Server
El primer sistema operativo de Microsoft para servidores fue Windows NT, lanzado el 27 de julio de 1993. Las versiones 3.5 y 3.51 de este software fueron ampliamente utilizadas en redes comerciales.
Después de Windows NT, Microsoft lanzó Windows Server que sigue utilizándose a día de hoy y es un pilar de las infraestructuras TI de muchas empresas. La versión más reciente es Windows Server 2022. Este sistema operativo ofrece una protección robusta gracias a sus opciones de seguridad multicapa y al protocolo de seguridad TLS 1.3 que proporciona un alto nivel de cifrado. Además, ofrece soporte para la virtualización anidada y capacidades híbridas de Azure para simplificar la expansión de los centros de datos a la plataforma en la nube.
Linux / Unix (distribuciones populares)
Creado en los años 70 por Bell Labs, UNIX está considerado como el precursor de la mayoría de los sistemas operativos actuales para servidores. Sus capacidades multiusuario y la posibilidad de manejar diferentes procesos al mismo tiempo, marcaron un antes y un después en la industria.
Unix fue escrito en lenguaje de programación C, aunque carecía de una interfaz gráfica de usuario. Los administradores interactuaban con el sistema operativo a través de comandos de texto.
Linux apareció en la década de los 90 con una clara vocación, la de ser compatible con Unix. Gracias a su naturaleza de código abierto se puede modificar y adaptarlo a necesidades específicas.
Existen muchas distribuciones Linux para servidores. Una de las más populares es Red Hat Enterprise (RHEL), ampliamente utilizada en entornos empresariales por su estabilidad. Aunque Redhat es un sistema operativo de pago, tiene versiones gratuitas que copian su manera de trabajar a bajo nivel: Rocky, Alma y muchos otros, no incluye el mismo nivel de soporte comercial que RHEL, pero es muy seguro y estable, por lo que resulta una buena opción para pequeñas y medianas empresas.
Otras distribuciones de Linux que pueden funcionar como sistemas operativos de servidores son: Ubuntu, basado en Debian y conocido por su configuración sencilla, o SUSE linux, conocido por su larga trayectoria como Linux para servidores muy estable y con su propia filosofía.
Existen cientos de distribuciones Linux, las aquí mencionadas son las más conocidas.
Historia y evolución de NetWare
NetWarefue uno de los primeros sistemas operativos en adoptar la arquitectura cliente-servidor. Estaba diseñado específicamente para redes de área local (LAN) y proporcionaba servicios como administración de archivos e impresoras.
Con el paso del tiempo, adoptó un kernel basado en Linux. Esta versión renovada se llamó Novell Open Enterprise Server.
Novell OES combinaba las características avanzadas de NetWare con la flexibilidad y estabilidad de Linux. Sin embargo, y a pesar de que esta transición ofrecía muchas ventajas, el nuevo sistema operativo se enfrentó a una fuerte competencia de Windows Server y otras distribuciones Linux que afectaron a su cuota de mercado, por lo que ya no existe su uso actualmente.
Tendencias y futuro de la tecnología de servidores
La computación para servidores está cambiando a un ritmo vertiginoso. Los avances en automatización, virtualización y tecnologías como la inteligencia artificial (IA) o el machine learning (ML) llegaron para revolucionar la industria de los servidores.
Sin embargo, los operadores de centros de datos se enfrentan también a nuevos desafíos como el aumento del precio de la energía, que les obliga a buscar nuevas alternativas sostenibles como la refrigeración adiabática o el uso de energías renovables.
Avances recientes en hardware de servidores
El progreso tecnológico viene de la mano de las supercomputadoras de alto rendimiento capaces de realizar cálculos complejos.
Tanto la inteligencia artificial como el machine learning requieren una capacidad de procesamiento avanzada para manejar enormes cantidades de datos. Los servidores HCP (High Performance Computing) pueden acelerar estos procesos para llegar a modelos cada vez más precisos. También son importantes en el campo de la Ciencia y la Investigación, especialmente en astronomía, biología molecular o genómica, ya que permiten realizar simulaciones precisas y rápidas, acelerando el ritmo de los descubrimientos.
Con todo, y a pesar de que las nuevas infraestructuras HCP son más eficientes, siguen demandando un consumo de energía muy elevado. Por esta razón, los servidores dedicados a la IA utilizan a menudo otras soluciones de procesamiento como las GPU y las FPGA.
Las GPU (Unidades de Procesamiento Gráfico) se utilizaron inicialmente en el desarrollo de videojuegos. Tienen miles de pequeños núcleos capaces de realizar cálculos simultáneamente, por lo que son ideales para entrenar las redes neuronales profundas de la IA que requieren operaciones matemáticas complejas.
Mientras que las GPU son dispositivos dedicados, las FPGAs se pueden configurar para optimizar algoritmos específicos de la IA, alcanzando niveles de personalización superiores. Ofrecen tiempos de respuesta muy rápidos, por lo que son adecuadas para aplicaciones que requieren procesamiento en tiempo real. Además, suelen ser más eficientes que las GPU en cuanto a consumo energético y se utilizan para acelerar el desarrollo de modelos de IA en entornos donde la eficiencia es crítica.
Rol de la Inteligencia Artificial y el Machine Learning
La inteligencia artificial (IA) y el machine learning (ML) no sólo propiciaron el desarrollo de servidores más potentes a nivel de hardware; la integración de estas tecnologías en el software también ha dado un vuelco a cuestiones tan importantes como la ciberseguridad y la gestión de infraestructuras TI.
El machine learning permite realizar análisis predictivos que alertan sobre situaciones anómalas o posibles fallos que podrían ocasionar una brecha de seguridad.
Por otra parte, la integración de la IA en el software de gestión reduce el riesgo de errores humanos, al automatizar las tareas críticas. Por ejemplo, la instalación de parches de seguridad solía hacerse de forma manual y ahora depende casi siempre de la IA, lo que se traduce en un ahorro de tiempo para los equipos de TI y mayor fiabilidad en la protección contra vulnerabilidades.
Además, existen herramientas de monitorización impulsadas por IA que supervisan constantemente la actividad en la red en busca de actividad anormal. Estas herramientas utilizan algoritmos avanzados de aprendizaje automático para detectar patrones sospechosos y responder a las amenazas en tiempo real.
Poco a poco estas tecnologías están transformando la industria de los servidores y ayudando a crear sistemas más seguros y eficientes.
Predicciones y nuevas tendencias
Otras tendencias y tecnologías que definen el panorama actual son:
- Sostenibilidad: Se ha convertido en una cuestión prioritaria para muchas empresas. Los servidores modernos tratan de reducir el impacto ambiental utilizando hardware más eficiente. Por ejemplo, proveedores como Amazon Web Services (AWS) han desarrollado una nueva familia de procesadores conocida como Graviton, que se basa en la arquitectura ARM y se distingue por su bajo consumo. Estos servidores son ideales para desplegar microservicios, aunque no igualan el rendimiento de los procesadores x86 de alta gama.
Otro logro importante son las tecnologías de enfriamiento avanzadas como la refrigeración adiabática que consiste en reducir la temperatura del aire mediante evaporación de agua.
Además, muchas empresas han comenzado a utilizar fuentes de energía renovables como la solar o la eólica para alimentar sus centros de datos, reduciendo así la dependencia de los combustibles fósiles. - Automatización. Es clave para optimizar los costos y mejorar la eficiencia operativa. Muchas operaciones rutinarias de la administración de servidores, como el despliegue de aplicaciones o la instalación de parches de seguridad se pueden automatizar, permitiendo a los equipos de TI centrarse en otras tareas estratégicas. Por otra parte, las herramientas de automatización pueden asignar dinámicamente los recursos del servidor según demanda y son ideales para trabajar en entornos de virtualización.
- Multicloud: Esta tendencia consiste en seleccionar diferentes servicios en la nube para evitar la dependencia de un único proveedor. Los entornos multicloud son altamente flexibles y permiten gestionar mejor los picos de alta demanda.
Sin embargo, coordinar múltiples servicios en la nube puede ser complicado debido a la variedad de interfaces que cada proveedor utiliza. Por eso, es recomendable contar con herramientas de gestión para tener una vista centralizada de todos los recursos. De esta forma, los administradores del sistema pueden monitorizar toda la actividad de la infraestructura TI desde una única plataforma, mejorando la capacidad de respuesta. - FaaS: Los servidores FaaS (Function as Service) forman parte del paradigma de computación sin servidor ( serverless computing). Este modelo permite a los desarrolladores ejecutar fragmentos de código en la nube en respuesta a eventos específicos, como solicitudes HTTP, actualizaciones de registros en bases de datos y notificaciones, sin necesidad de gestionar la infraestructura completa de un servidor.
La facilidad de despliegue de este sistema, hace posible un desarrollo más eficiente y ágil. Algunos proveedores conocidos de FaaS son Google Cloud Functions, ofrecido por Google Cloud, o Azure Functions, ofrecido por Microsoft. - Arquitecturas desagregadas: Es una tendencia en auge, sobre todo entre las grandes compañías y multinacionales. A diferencia de los servidores tradicionales, que integran todos los componentes (CPU, memoria, almacenamiento) dentro de la misma unidad, los servidores desagregados los separan en módulos independientes. Esta modularidad permite una gestión más flexible de los recursos, lo que puede ser de utilidad en entornos TI dinámicos con cargas de trabajo variables.
Para simplificar la gestión de los servidores desagregados, los administradores utilizan herramientas avanzadas que permiten controlar todos los componentes de la red desde una sola interfaz. - Edge Computing: Consiste en llevar el procesamiento de datos al lugar más próximo donde estos se generan, eligiendo dispositivos conectados “al borde de la red”. Esta proximidad reduce la latencia de los servidores y es muy útil cuando vamos a trabajar con aplicaciones en tiempo real como la realidad aumentada o los vehículos de conducción autónoma.
Se prevé que en los próximos años la demanda de soluciones Edge Computing vaya en aumento, impulsada por el avance de las conexiones 5G, la IoT y las innovaciones tecnológicas en diferentes industrias.
Conclusión
El concepto de servidor ha ido evolucionando desde su aparición en la década de los 60 hasta la época actual, adaptándose a los cambios e innovaciones tecnológicas para ofrecer una computación cada vez más eficiente y ágil.
Los servidores modernos no sólo son potentes en términos de rendimiento, también son más flexibles y capaces de responder a las necesidades de diferentes industrias. Teniendo en cuenta que los requisitos de almacenamiento y procesamiento suelen variar mucho en entornos empresariales, es importante buscar soluciones que sean escalables.
Por último, si tu empresa realiza operaciones críticas o almacena datos sensibles, es esencial elegir proveedores que sean TI confiables y ofrezcan un excelente soporte. Un buen proveedor no sólo garantiza la continuidad del servicio, además puede ofrecer asesoramiento experto sobre las tecnologías de servidor más adecuadas en cada caso, asegurando que las empresas mantengan su infraestructura TI actualizada según las nuevas demandas del mercado.
A pesar de que el proveedor provea la mejor solución, esto no implica que un servidor no pueda fallar. Un servidor se compone de hardware, sistema operativo base y aplicaciones. Hay que supervisar en todo momento todo el “stack tecnológico”, esto es, todo el conjunto de piezas que forman el servidor, y para ello es fundamental la monitorización de servidores.
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