Viajamos en el tiempo en busca de la primera transformación digital

“-¡Jaemito! ¡Define Transformación digital!
-Es que no me lo he estudiado…
-No hay excusas, es un concepto muy intuitivo y conocido, incluso para un estudiante de primaria.
-Es que…-¡Vamos, Jaemito! ¡O te pongo un cero que te va a levantar ampollas!”

Fue entonces cuando Jaemito se alzó como un resorte, y con la mente en blanco y la mirada nublada espetó al horizonte un sonoro y mecánico:

“La transformación digital es aquel cambio o avance relativo a cualquier aplicación de las nuevas tecnologías digitales en todos los aspectos y carices de la sociedad humana”.


“-¡BRAVO, JAEMITO! ¡BRAVO!, aplaudió toda la clase.

Ese día sacaron a Jaemito en hombros del edificio e instauraron las vacaciones de verano para toda la escuela de forma inmediata, en pleno octubre. Desde aquí solo podemos decir: Gracias, Jaemito. Utilizaremos tu pulcra e innegable definición para trazar hoy, en el blog de Pandora FMS, un viaje en el tiempo en busca de las primeras nociones sobre la transformación digital y sobre sus consiguientes repercusiones. Así que monta, si quieres, en nuestro DeLorean maqueado, híbrido, y hasta arriba de diesel, para hacer una absoluta referencia a Regreso al futuro.

Transformación Digital en 2011, 2013 y 2015

Ya hemos quemado rueda en dos líneas paralelas de fuego con nuestro DeLorean y hemos llegado a 2015. ¿Lo recordáis? Jorge Lorenzo gana su tercer mundial de MotoGP y Juan Goytisolo recibe el Premio Cervantes. Ese mismo año el centro de investigación MIT Center for Digital Business y la firma privada Deloitte sentencian: “los negocios digitales maduros están enfocados en la integración de tecnologías digitales, tales como social, móvil, analítica y nube, al servicio de la transformación de cómo se hacen los negocios. En cambio, los negocios menos maduros están centrados en solucionar problemas empresariales discretos con tecnologías digitales individuales.” ¿Queda lo bastante claro? Si no estás dentro de la transformación digital, estás muy fuera entonces.

En 2013, el Año de la Fe según la Iglesia católica y el año de Luigi según Nintendo. Tampoco hace tanto, ni una rallita en el marcador del depósito de nuestro DeLorean, nos encontramos con una conversión analógica-digital muy poco uniforme, según publicaba Booz & Company, el equipo global de consultoría estratégica. Hablamos de sectores y países rezagados en la conversión de lo analógico a lo digital. Estoy seguro que, si echáis la vista atrás, recordaréis la incertidumbre y lentitud de la tecnología analógica. Políticos y estrategas al mando en todo el mundo tuvieron que ponerse las pilas en cuanto a desarrollo en este cambio de paradigma. La economía dependía de ello.

En 2011, con la muerte de Steve Jobs y la beatificación del papa Juan Pablo II, tenemos que sólo un tercio de las empresas around the world tienen un programa particular de transformación digital verdaderamente eficiente. Triste, sí, pero según vayamos viajando hacia atrás sentiremos con más fuerza este desplante.

Transformación Digital en el año 2000

Repostamos nuestro DeLorean en el año 2000, ¿grandes hitos del año? El Deportivo de la Coruña gana la liga y yo me paso el Pokémon Oro con Typhlosion en nivel 91. Por aquella época la transformación digital era un hecho muy en mente y en el que ya se trabajaba, pero la llegada de las tres uves dobles (World Wide Web) cambió, profusamente, la velocidad y el alcance que podía mostrar la digitalización. Aumentó, por parte de las sociedades, la presión para pasar este proceso.

La digitalización se había convertido en un concepto/argumento que se esgrimía a todas horas. Y claro, tenía que ver con el mayor uso de Internet y la TI a todas las escalas. Este clima, ya tan habitual en las empresas, hizo que todos tomáramos conciencia del asunto y que incluso la UE, por ejemplo, creara el Mercado Único Digital. De este lugar surgían muchas de las ideas con las que las agendas políticas, de los diferentes países de la Unión, se nutrían. Comenzaba, paulatinamente, la transformación de sus distintas sociedades.

Transformación Digital mucho más atrás en el tiempo

Sé que no esperabas que nuestro DeLorean pasara de los ochenta. Después de todo, muchos creen que de allí, a parte de la incuestionable franquicia de Regreso al futuro, viene toda la magia de la digitalización. Sin embargo, es hora de acelerar. El Condensador de Fluzo echará humo pero merecerá la pena. Si nos quedamos atorados en el pasado, sin posibilidad de vuelta, aprenderemos sus costumbres y formaremos una nueva familia mientras nos forramos invirtiendo en la aspirina o el gramófono.

1703, el rey de Portugal, Pedro II, se declara opuesto a la causa de Felipe de Anjou y el zar Pedro el Grande funda la ciudad de San Petersburgo. Sin embargo, la transformación digital tiene que darle las gracias en ese momento a Gottfried Wilhelm von Leibniz, que, atentos, parió el concepto de digitalización en una de sus publicaciones más trascendentales: “Explication de l’Arithmétique Binaire”. Años más tarde, 1854, 1938, aprox, genios de la talla de George Boole y Claude Elwood Shannon lo complementaron y desarrollaron.

1939, da comienzo la Segunda Guerra Mundial y Gaby, Fofó y Miliki deciden formar un trío cómico de payasos. Pero también tenemos a George Stibitz, conocido en el gremio por sus trabajos sobre el desarrollo de circuitos digitales lógicos y, nada más y nada menos, que por sentar las bases de la primera computadora digital. Además de popularizar el término “digital”, muy importante para este artículo.

1961, Yuri Gagarin se convierte en el primer ser humano en viajar al espacio exterior y Roy Orbison saca su disco debut, “Roy Orbison at the Rock House”. Pero quién nos interesa es Leonard Kleinrock, el norteamericano, ingeniero y profesor de ciencias que concibe Internet en su trabajo “Flujo de información en grandes redes de comunicación”. A día de hoy (día en el que se publica el artículo), este señor sigue vivo. Mejor que vayas a rendirle tributo a la puerta de su casa. Reside entre Nueva York y Los Ángeles y le gustan las camelias.

1969, la llegada del Apolo 11 a La Luna y última actuación en público de los Beatles. También se creó la red ARPANET, encargo del Departamento de Defensa de los EEUU, y que es básicamente la semillita de lo que conocemos, ahora sí, como Internet.

Ahora que hemos vuelto, ilesos, de nuestro periplo en busca de los hitos y matices pasados del concepto “Transformación digital”, y que el DeLorean yace aparcado, hasta la próxima aventura (en la que sin duda iremos a ver a un Tiranosaurio Rex o un concierto de Queen), podemos resolver que la transformación digital ha dado lugar a importantes cambios dentro de los modelos de negocio, las estructuras sociales y económicas, las decisiones políticas y legales, la cultura y demás patrones organizativos que nos guían en la actualidad. El concepto pasó de un sector reducido y privado a llegar a las manos de un inmenso público, ávido siempre de dominar las nuevas tecnologías. La pregunta es: ¿En este nuevo reino, como hemos visto, nuevo y añoso a la vez, cuál es tu lugar?

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