Qué es y cómo funciona el ping

Hoy os vengo a contar una historia poco considerada por los expertos, tanto literatos como tecnólogos. Hablamos de un pasaje poco tratado, esquivo y de difícil acceso. Quizá algunos expertos del Vaticano, confidentes del foro de hackers de Anonymous o algún secretario emérito de la Real Academia hayan tenido acceso a él, pero pocos más.

Pero ya es hora de que los hechos salgan de una vez a la luz, y para eso estoy yo aquí, prometeico, para entregároslos en un halo de gloria bloguera que será mil veces linkado, likeado y tuiteado.

Vayamos al grano: Dante Alighieri, su Divina Comedia. Todo el mundo la conoce, ¿no? Ese viaje al inframundo narrado por el poeta florentino en el que se cuentan los pesares y círculos del Infierno, acompañados por la figura mística de Virgilio y en pos de la bella Beatriz. Pues bien, en ese libro, y esto es un secreto que iguala al de las intrigas vaticanas del Código Da Vinci, ¡existe un pasaje entero sobre el ping! Increíble, ¿cierto? Nadie lo sabe, pero fue despiadadamente arrancado de la versión final por Giovanni Boccaccio, gran promotor de la obra, allá por el siglo XIV, porque no le encajaba con el resto. “Poco lírico, demasiado tecnológico, muy del futuro”, dijo, y ¡ZAS!, lo eliminó y nunca más se supo.

En este pasaje, poco antes de llegar al anillo exterior del Séptimo Círculo del Infierno, Dante y Virgilio se sientan en un remanso del Averno, libre de calor y bestias, a la sombra, y hablan sobre qué es el ping y por qué mola. Definitivamente Dante, como apuntan los críticos desde hace siglos, es un adelantado a su tiempo. Paso a transcribir el pasaje:

“(JUSTO ANTES DEL CANTO DECIMOTERCERO CÍRCULO SÉPTIMO: VIOLENCIA
ARO SEGUNDO: VIOLENTOS CONTRA SÍ MISMOS Y LAS PROPIAS COSTAS)

ODA AL PING:

No bien el río repasara Neso,
a un bosque entramos en la riba opuesta,
al que ningún sendero daba acceso.

Dante, ven para acá, dijo Virgilio,
siéntate en la roca que vamos a hablar,
¿sabes tú lo que es el ping, ya,
y cuáles son sus increíbles beneficios?
No, maestro, ni el ping ni el pang,
¡Vaya estropicio!
Ok, bro, sin problemas, te paso a narrar. Sin rimar.
Que me canso y suena todo el rato a rap.

Es probable que si te va eso de los videojuegos hayas oído hablar del ping. Para empezar, mi querido Dante, la palabra “ping” no es más que el compendio de unas siglas: “Packet Internet Groper”. O, si te va más el llano castellano: “Buscador de paquetes de datos”. Es uno de los utensilios de diagnóstico más utilizados en la administración de redes around the world. Permite verificar el estado de conexión de los ordenadores que forman parte de una red más extensa de computadores.

Su creador fue el experto en arquitecturas y redes informáticas digitales, Mike Muuss. Él se inspiró en el sónar de los submarinos, el cual envía una señal sonora para detectar los obstáculos. Y de modo parecido a como lo hace el sónar, el ping envía paquetes de datos, de un computador a otro, esperando una respuesta. De esta manera puede saber el estado completo de la conexión y su velocidad, el tiempo que ha tardado en ir y volver su señal y si se han extraviado datos por el camino. Cuanto menos tiempo registre el ping mejor será la calidad de la conexión y menor la latencia de esta. Algo importantísimo a la hora de visualizar contenido en streaming o hacer una videollamada.

Si te has dado cuenta, cuando vas a medir la velocidad de tu conexión a Internet todas las webs que lo hacen te indican cuál es el ping. El ping mide, en milisegundos, el tiempo que pasa entre que tu conexión local y un equipo remoto en la red IP se comunican.

Imagina la aportación que supone el ping para un software de monitorización, por ejemplo. Si creas un módulo básico que pueda mandar una señal a un dispositivo concreto para que este responda si está “vivo”, además de cerciorarte de si lo está, también sabrás cuánto se ha tardado en recoger dicha información. De esta manera, amigo Dante, si un día le pasa algo al router de tu empresa y este empieza a provocar que se ralentice tu Internet, con una buena monitorización enseguida sabrás que la latencia a ese dispositivo es muy alta y que algo falla en él. ¿Me sigues?

¿“Packet Internet Groper”? ¿“Submarinos”? ¿“Internet”? ¿“Monitorización”? No entiendo nada, señor.

Tranquilo Dante, aún nos queda un Infierno,
un Purgatorio y un Paraíso que recorrer.
Te iré poniendo en situación.”

Y hasta aquí el pasaje, inédito y ocultado por las corporaciones, de nuestro querido Dante y su Divina Comedia. Libro revelador para la ciencia y la tecnología como pocos. Quizá otro día desvelemos los problemas con el primer WiFi del pueblo sumerio o la pasión que despertaba en Juana de Arco la bandeja de emails. Temas muy poco tratados también.

Shares