Muchos nombres le hemos puesto a lo que entendemos por USB: Pendrive, lápiz de memoria, pincho…, los menos atentos incluso lo han llamado “VHS”.

Pero hay que saber que el término va un poco más allá de ese aparatito, de cuatro, ocho, dieciséis…, o hasta mil gigas, que utilizamos para tantas cosas.

De hecho, hay varios tipos de pendrive, y hoy nos dedicaremos a conocerlos un poco mejor.

Antes de los tipos: ¿qué es un USB?

Como muchos sospechaban pero pocos se atrevieron a indagar, las siglas USB se derivan de las correspondientes palabras: Universal Serial Bus.

USB es un protocolo de conexión que nos permite comunicar diversos periféricos a un dispositivo electrónico para conseguir un intercambio de datos. También nos puede ser útil para desarrollar algunas operaciones o cargar la batería de nuestro dispositivo.

Este protocolo tan versátil se convirtió rápidamente en un estándar de interconexión y el nombre del protocolo se trasladó rápidamente a cualquier cosa que utilizase un conector adaptado a él. De hecho, tú y yo, cuando hablamos de algo USB, no estamos hablando del protocolo, sino del conector.

Los dispositivos que podemos interconectar gracias al USB son muy variados. Solo tenemos que ponernos a pensar un poco para que nos vengan todos de golpe a la cabeza. Ratones, teclados, cámaras de vídeo y fotos, smartphones, pendrives, reproductores de música, webcams, altavoces, impresoras, grabadoras, discos duros externos, PDA… El número de ejemplos es casi infinito.

El origen del protocolo USB viene de los fructíferos años noventa, una década maravillosa para el britpop y para la tecnología.

Siete grandes corporaciones tecnológicas se unieron entre sí para diseñar un estándar de conexión de periféricos a un ordenador. Las siete empresas que dieron vida al protocolo USB fueron: Intel, IBM, Northern Telecom, Compaq, Microsoft, NEC y Digital Equipment Corporation.

La idea les venía bien a todos y, aunque comenzaron con un primer modelo (USB 1.0) diferente a los actuales, la evolución que siguió fue exponencial..

Tipos de estándar USB

Los dispositivos USB se clasifican en cuatro tipos, según su velocidad de transferencia de datos: Baja velocidad (1.0), Velocidad completa (1.1), Alta velocidad (2.0) y Super Alta velocidad (3.0).

  • USB 1.0. Fue aquel que apareció a mitad de los años noventa. La velocidad máxima a la que podía mover la información llegaba a los 1,5 Mbps. Bueno, nos podría valer para una conexión para dispositivos como el ratón y el teclado.
  • USB 1.1. Su tasa de transferencia se aumentó hasta los 12 Mbps.
  • USB 2.0. Sin duda es el estándar más generalizado y transmite los datos a una velocidad de 480 Mbps, aunque su tasa real es de 280 Mbps. En el cable podemos encontrar cuatro líneas: dos que son para datos y dos que son para alimentación.
  • USB 3.0. Podemos considerarlo unas diez veces más rápido que el 2.0. Alcanza velocidades de 4,8 Gbps. Lo mejor es que sigue siendo compatible con los anteriores y encima le suma cinco contactos de forma adicional. En la actualidad convive con el 2.0. en perfecta armonía.
  • USB 3.1 Surgido hace unos años, alcanza a una velocidad de transferencia de datos de 10 Gbps. Como aliciente introduce un nuevo tipo de conector, el USB tipo C.
  • USB 3.2 Se presentó en 2019 para poder alcanzar tasas de transferencias mayores (hasta 20 Gbps), y la industria empezó a proporcionarnos periféricos en el fatídico año 2020.
  • USB 4.0 La siguiente evolución llegó casi en paralelo con la anterior con el objetivo de doblar la velocidad del USB 3.2. Su tasa máxima de transferencia es de 40 Gbps y desde hace poco ya tenemos dispositivos utilizándolo.

Tipos de USB: Tipos de conectores

Ahora vamos a las formas que adoptan los dispositivos que adoptan el USB como protocolo de comunicación. Lo que nosotros, en realidad, conocemos como «USB».

  • Tipo A. Es el que reconocerá la mayoría de usuarios. El rectángulo aplanado en el que podemos ver conexiones internas, cuyo conector macho se encuentra al final de los cables, mientras que el hembra es el puerto en sí. Ese que todos conectamos mal en el primer intento.
  • Tipo B. Los puertos y conectores de esta clase son igual de reconocibles por los usuarios, pero algo más pequeños y anchos que los de tipo A. Por regla general podremos encontrarlos en dispositivos como pueden ser las impresoras.
  • Tipo C. El tipo de conector C apareció parejo al estándar USB 3.1 y la característica que lo distingue es que es reversible (¡por fin!). Eso es, no importa el lado por el que lo insertes, funciona de las dos formas. Estos conectores también se utilizan en el estándar de transmisión Thunderbolt 3, aunque no son lo mismo que el USB Tipo C.
  • MiniUSB. De estos hay dos modalidades, de 5 y de 8 pines. Los podemos ver en cámaras de fotos, en discos duros externos, reproductores de música y unos cuantos cachivaches más.
  • MicroUSB. El microUSB es el más pequeñín y delgado de todos. Es bastante plano y se pensó para conectar a nuestros smartphones. Con ellos podemos transmitir información y cargar baterías, así que también lo conocemos muy bien. Su evolución natural fue el USB tipo C.

Confusión con la Memoria USB

Como hemos visto, el concepto USB refiere al puerto de conexión. Sin embargo, el término “USB” también se ha extendido para nombrar a los pendrives USB. Los pendrives o memorias USB están formados por una memoria que funciona como lugar de almacenamiento y transporte de datos y que, además, utiliza el protocolo USB para la transferencia de esos datos.

De ahí su nombre.

Es el sustituto legítimo de los disquetes y CD, aunque el almacenamiento en la nube está reduciendo su uso poco a poco.

Existen memorias USB con diferentes capacidades que van desde 1GB hasta 1TB. Y como el pendrive en sí se comunica mediante USB, lo hemos acabado llamando así para acortar.

Porque “dispositivo de almacenamiento de datos con puerto de conexión USB” sonaba demasiado largo y USB o memoria USB, a secas, es más práctico de usar.

Somos así de económicos y prácticos.

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