10 leyes “no escritas” de la tecnología

10 leyes de la tecnología que no encontrarás en ningún código legal

La tecnología rige nuestros designios. Tal vez no éramos muy conscientes de ello hasta hace unos años, pero cada vez lo somos más.

Las leyes de las que vamos a hablar no han sido escritas por el ser humano para regular nuestra convivencia. Tampoco son leyes del mundo físico. No nos han sido dadas por la Física, y por lo tanto no son inmutables, e incluso puede que sean incorrectas o imprecisas. Pero sirven para que tengamos una noción de cómo avanza la tecnología y cómo influye en nuestras vidas.

Echemos un vistazo a 10 leyes de la tecnologia que no encontrarás en ningún código legal. ¡Vamos allá!

Ley de Moore: tal vez la más popular de todas ellas, ya le hemos dedicado un artículo en este blog.

La Ley de Moore, obra del cofundador de Intel, Gordon Moore, determina que el número de transistores que contiene un microprocesador se duplica cada aproximadamente 2 años. Esta, que no deja de ser una observación bastante prosaica, ha dictado a la industria de los microprocesadores el ritmo de mejora de sus productos durante décadas, y sugiere una conclusión con implicaciones mucho más profundas: la mejora de la tecnología se produce a un ritmo exponencial.

Ley de Kryder: heredera de la Ley de Moore, la Ley de Kryder, autoría del ingeniero Mark Kryder, centra su atención en la capacidad de los discos duros. Así, establece que la capacidad de éstos se duplica cada 12 meses nada más.

Si la Ley de Kryder siguiera cumpliéndose durante las próximas décadas, algunos de los problemas de espacio de almacenamiento “cotidianos”, como el almacenamiento de películas, pasaría a la Historia. De hecho, en apenas un par de décadas seríamos capaces de almacenar en un portátil todo el conocimiento del que, a día de hoy, dispone el ser humano…

Ley del “cavernícola” de Kaku: muy distinta de las anteriores, apela a nuestros instintos más primarios. Creada por el célebre físico y divulgador científico Michio Kaku, viene a establecer que, cuando nuestros deseos primitivos entran en conflicto con la tecnología, son los primeros quienes resultan vencedores.

Lo que esto refleja no es un menoscabo en el valor o fuerza de la tecnología, sino su capacidad para adaptarse a nuestros deseos. Cuanto más evoluciona una tecnología, más natural y adaptada a nuestros instintos se vuelve.

Ley de Wirth: viene a complicar un poco las cosas. Enunciada por el científico Niklaus Wirth, establece que, mientras el ritmo de progreso del hardware es cada vez más rápido (tal como predice la Ley de Moore) el del software sigue un ritmo más lento, lo que entorpece el avance de la tecnología.

Así, los programas, cada vez más grandes y complejos, no progresan a un ritmo tan rápido. Por este motivo se dan fenómenos fácilmente observables, como que muchos de los programas actuales funcionan a un ritmo similar al que funcionarían programas equivalentes hace unos años, pese a ser ejecutados en máquinas mucho más rápidas.

Leyes de Kranzberg: enunciadas en los años 60 por el historiador Melvin Kranzberg, son 6 observaciones centradas, sobre todo, en el impacto social de la tecnología:

• La tecnología no es buena ni mala, ni tampoco es neutral: se trata de una conclusión lapidaria para poner fin a cualquier debate que verse sobre las bondades o maldades de la tecnología. Ésta depende del contexto y del uso que se le dé. Y además, al ser utilizada por humanos, tampoco será nunca completamente neutral.
• La invención es la madre de la necesidad: este enunciado sugiere que cada nueva invención trae aparejada la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías que la complementen o faciliten su uso.
• La tecnología llega en paquetes grandes o pequeños: existen diversos grados de influencia de la tecnología. A veces, transformarán la sociedad por completo; en otras ocasiones, conllevarán pequeños cambios.
• La tecnología depende de decisiones políticas no técnicas: con este enunciado, Kranzberg sostiene que la tecnología no sigue un ritmo propio o “natural”, sino que se ve orientada e impulsada por decisiones políticas o de carácter cultural que con frecuencia no tendrán que ver con principios técnicos.
• Toda la Historia es relevante, pero la Historia de la Tecnología es la más importante: por más relevantes que sean los hechos que mueven el devenir de la Historia humana, de entre ellos los más importantes son los que se refieren a la Historia de la Tecnología. La Historia mueve a la tecnología pero, sobre todo, es la tecnología la que mueve la Historia.
• La tecnología es una actividad humana: por sí misma, la tecnología carece de emociones o de voluntad. Depende enteramente del ser humano, y el uso que se le dé obedecerá a razones humanas.

Como ya decíamos al inicio de este artículo, no podemos considerar estas “leyes de la tecnología” como escritas por la Física, sino que obedecen a observaciones que algunas figuras relevantes han hecho a lo largo de la Historia.

Como todas las leyes creadas por el ser humano, tienen fecha de caducidad, no tienen porqué cumplirse siempre, e incluso se puede estar en desacuerdo con ellas.

Al respecto de esto, ¿cuál es tu criterio? ¿Te parecen acertadas estas leyes de la tecnología “no escritas”? Nos interesa mucho tu opinión, y sería fantástico que la compartieras con nosotros y con todos los lectores de este blog. Además, puedes hacerlo muy fácilmente, dejando un mensaje en la caja de comentarios que se encuentra justo al final de este artículo.

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