¿Qué es blockchain? Una breve descripción y sus posibles usos

A estas alturas de la “película” es probable que ya hayas oído hablar de blockchain en muchas ocasiones. Sabrás que tiene algo que ver con Bitcoin y otras monedas digitales, y que algunos gurúes de la tecnología afirman que cambiará el mundo (sí, otra tecnología que promete cambiar hasta el color de nuestras pantuflas) para siempre jamás.

Pero también es probable que todo eso te suene raro, no entiendas ni palabra y eso del blockchain te suene a videojuego de los años 80.

En este artículo vamos a explicar de la manera más sencilla posible qué es blockchain y para qué sirve o podría servir en el futuro. O al menos lo intentaremos…

¿Qué es blockchain?

En Internet, como en la vida real, la gente intercambia dinero, servicios y todo tipo de bienes. Sin embargo, también como en la vida real, no nos fiamos demasiado del que tenemos “al otro lado”. Y esto se agrava, si tenemos en cuenta que, en la red, “el otro” se encuentra frecuentemente a muchos kilómetros de distancia y muchas veces no tenemos claro ni quién es.

Hasta el momento, las transacciones en Internet se han venido llevando a cabo a través de múltiples intermediarios: bancos, sistemas electrónicos de pago, etc., que servían como “garantes” de que estas se iban a llevar a cabo con seguridad. El problema es que muchas personas no se sienten cómodas utilizando este tipo de intermediarios, por diversas razones, entre las que se encuentran la privacidad de los datos.

Blockchain es una alternativa a este sistema de intercambio de bienes que ha venido siendo el más habitual hasta la fecha. Blockchain (cadena de bloques) consiste en una especie de “libro de contabilidad” o “registro general” al que todos los participantes en el blockchain pueden acceder y en el que cada transacción queda registrada de forma inmutable. Dicho de otro modo, blockchain es una base de datos con características muy particulares.

Veámoslo un poco más de cerca.

Blockchain, como su nombre indica, es una “cadena” virtual, formada por una gran cantidad de bloques. Cuando un usuario participa en un blockchain y realiza una transacción con otro usuario (llamada, de forma genérica, “token”) la transacción queda registrada en uno de sus bloques (el que corresponda).

Alcanzado un determinado número de transacciones, el bloque “se llena” con el registro de todas las operaciones que se han llevado a cabo, y las siguientes pasan a ser registradas en un nuevo bloque que está unido al anterior a través de un vínculo, denominado “hash”.

Todos los bloques van unidos entre sí de forma consecutiva (por eso se les llama “cadena”) y todos los participantes en el blockchain (llamados “nodos”) pueden acceder a la copia completa del blockchain (siempre que éste sea público).

Llegados a este punto, hay que hacer algunas aclaraciones:

  • Existe más de un blockchain. O incluso sería más correcto decir que existen diversos “registros” que utilizan la tecnología blockchain o variantes de la misma. Uno de ellos, el más conocido y en el que se originó la tecnología blockchain, es el que da soporte a la moneda digital llamada Bitcoin, pero existen otros, entre los que se encuentran los utilizados en otras monedas digitales, como Ethereum, Litecoin, Dash, Monero, etc. Y se prevé que existan muchos más en el futuro, dedicados a múltiples actividades.
  • Como adelantábamos, blockchain puede ser público o privado, en función de los miembros a los que se permite el acceso.
  • Blockchain funciona de forma distribuida, esto es, todos los nodos disponen de una copia completa del registro.
  • Cada transacción, que supone un nuevo registro en la cadena, antes de ser registrada debe ser verificada previamente por los participantes en el blockchain (los nodos). Lo será por una parte o por todos ellos, dependiendo del funcionamiento concreto del blockchain de que se trate.
  • Hay que tener en cuenta que estas son algunas consideraciones muy generales acerca de la tecnología blockchain. Cada blockchain tiene sus particularidades y funciona de forma diferente; además, blockchain es una tecnología muy reciente (apenas tiene una década en la práctica) y está en un continuo proceso de cambio y perfeccionamiento.

¿Para qué sirve y para qué podría servir blockchain?

En la actualidad, el principal uso de blockchain es en su papel como medio para vehicular “monedas digitales”. Miles de participantes en blockchains, como los ya nombrados Bitcoin o Ethereum, los utilizan como medio de pago o de intercambio de moneda. Además, las entidades financieras también se han mostrado muy interesadas en la tecnología blockchain, hasta el punto de crear sus propios sistemas de moneda digital (eso sí, centralizados), como Ripple.

No obstante, y aunque desde sus inicios ha venido muy vinculada a las transacciones financieras, podrían existir muchos otros usos que se están proponiendo para la tecnología blockchain, inspirados en la naturaleza de lo que blockchain es en el fondo: una base de datos que permite almacenar información.

Así, se ha propuesto el uso de blockchain para registrar todo tipo de documentos digitales, como escrituras de compraventa, patentes o historiales médicos.

También se ha propuesto su uso en el Internet de las Cosas (IoT), como medio para que los distintos dispositivos que lo formen se comuniquen entre sí.

O como sistema de almacenamiento de información en la nube, como alternativa a los actuales servicios centralizados como Google Drive o Dropbox.

Incluso algunas personas proponen su uso en procedimientos electorales, o para el manejo de cuentas públicas.

Lo cierto es que el potencial de blockchain es inmenso, pero también lo es que se enfrenta a no pocas dificultades.

Por un lado, todo tipo de instituciones (desde gobiernos hasta grandes corporaciones financieras) han mirado desde años la tecnología blockchain con recelo, toda vez que puede suponer una pérdida de poder para dichas instituciones y ha sido utilizada por algunas personas o grupos para llevar a cabo actividades delictivas.

De otro lado, algunas personas sostienen que, aunque se trate de un mecanismo útil, el uso de blockchain no será masivo, dado que se trata de una herramienta difícil de entender para el gran público.

Además, la gran capacidad de cómputo que está involucrada en el funcionamiento de diferentes registros que utilizan la tecnología blockchain se traduce en un importante problema de consumo de energía, con el gasto y el riesgo para el medio ambiente que ello supone.

¿Y tú? ¿Qué opinas sobre blockchain? ¿Te parece una tecnología útil? ¿Crees que triunfará en el futuro? ¿O piensas, por el contrario, que se trata de una moda pasajera que quedará guardada en el cajón de los recuerdos dentro de unos pocos años?

¿Qué tal si compartes tu opinión con los demás lectores de este blog? Puedes hacerlo muy fácilmente, dejando un mensaje en la caja de comentarios que encontrarás justo al final de este artículo.

Eso sí, antes de hacerlo, ¿por qué no dedicas unos minutos a conocer Pandora FMS?

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