En nuestro queridísimo “mundo de la tecnología”, los errores están permitidos. De hecho, están tan permitidos que los fallos de software han acabado siendo como una plaga de langostas del Cretácico que ha reaparecido en la actualidad, a causa de un experimento genético, para devastarlo todo*.

*Idea registrada para una posible película ambientada en los páramos de Jaén. No te copies, saga, en evidente declive, de Parque Jurásico.

Estos fallos de software de los que hablamos pueden ser desde pequeñas molestias hasta quilombos catastróficos, y han acosado a los expertos desde que el software es software.

El caso es que, de vez en cuando, aparece un fallo de software tan extraño o absurdo que se convierte en puñetera leyenda.

Así que en este artículo, echaremos un vistazo a cuatro de los más divertidos e intentaremos averiguar qué fue lo que falló.

¿Te apuntas?

Los fallos de software más divertidos de la historia

The Killer Typo, uno de los más míticos errores informáticos

Empecemos con una de las taras de software más infames de la historia: The Killer Typo o “El error tipográfico asesino”.

Este fallo saltó a los titulares en 2003, cuando un programador de la Agencia Espacial Canadiense introdujo accidentalmente una variable incorrecta en un programa informático.

El programa debía controlar el Mars Climate Orbiter, pero en lugar de convertir los datos del sistema métrico decimal a unidades imperiales, los dejó en métrico decimal.

Esto provocó que el orbitador volara demasiado cerca de la superficie del planeta, donde se quemó en la atmósfera.

¿Cómo ocurrió?

Resulta que el programador utilizaba una versión antigua de Microsoft Excel que, por defecto y a su vez, utilizaba unidades imperiales, mientras que el propio programa utilizaba unidades métricas.

El resultado fue un error catastrófico que costó a la Agencia Espacial Canadiense 327,6 millones de dólares.

¿Qué hemos aprendido?

Hay que comprobar siempre dos veces tus variables antes de enviar una nave espacial multimillonaria a toda velocidad hacia otro planeta.

The Blue Screen of Death. Todos los informáticos famosos han pasado por aquí

The Blue Screen of Death o “La pantalla azul de la muerte” es un error de software clásico que ha existido desde los albores de la era del PC.

Remite a ese temido momento en el que tu ordenador se bloquea y muestra una pantalla azul con un críptico mensaje de error que no tiene sentido para nadie ajeno a la comunidad de desarrolladores de software.

Es un error frustrante, SÍ, pero en cierto modo también gracioso.

Entonces, ¿qué causa la Pantalla Azul de la Muerte?

Puede ser una multitud de cosas, desde hardware defectuoso a controladores con errores o software conflictivo. Pero sea cual sea la causa, siempre es un quebradero de cabeza para el usuario final.

¿Qué hemos aprendido?

Que golpear repetidamente un lado del monitor esperando una respuesta es solo una de las muchas formas de inutilidad que demuestra el ser humano.

The Millennium Bug. Sí, ese que piensas

Ah, The Millennium Bug o “El error del milenio”.

¿Lo recuerdas?

Se suponía que iba a ser el fin del mundo tal y como lo conocemos, ya que los sistemas informáticos de todo el planeta iban a funcionar mal cuando el reloj diera la medianoche del 31 de diciembre de 1999.

¿El motivo?

La mayoría de los sistemas informáticos sólo almacenaban el año en dos dígitos (por ejemplo, “99” en lugar de “1999”), por lo que no podían distinguir entre el año 2000 y el año 1900.

Se trataba de un fallo conocido desde hacía años, pero que provocó el pánico y el caos a medida que se acercaba el nuevo milenio.

Al final, la mayoría de las veces resultó no ser un problema, pero aún se recuerda como uno de los fallos de software más exagerados y sobrevalorados de la historia.

¿Qué hemos aprendido?

Que tenemos ya una edad si vivimos aquel acontecimiento.

The Invisible Mouse. Los grandes programadores de la historia se acordarán de él en el futuro.

Por último, echemos un vistazo a un error más reciente y que causó cierta confusión a los usuarios de Windows 10.

Allá por 2018, se descubrió un error que hacía que el cursor del ratón desapareciera cuando los usuarios intentaban moverlo.

El cursor seguiría funcionando normalmente, pero era imposible ver dónde estaba en la pantalla.

¿Qué causó este error?

Resulta que estaba relacionado con un conflicto entre determinados controladores de pantalla y una función de Windows 10 que permitía a los usuarios personalizar el tamaño y el color de los cursores del ratón.

El error se solucionó finalmente, pero no antes de causar algunos dolores de cabeza a los usuarios que no podían averiguar dónde había ido su ratón.

¿Qué hemos aprendido?

Que lo esencial puede ser invisible a los ojos, como decía el pijeras ese del Principito.

¿Qué hemos aprendido de este artículo?

En conclusión, los errores de software pueden ser frustrantes e incluso costosos a veces, pero también pueden ser francamente divertidos si no te pasan a ti.

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