Las estadísticas afirman que del 5% al 10% de los trabajadores que viven en sociedades desarrolladas son adictos al trabajo (también llamados workaholics).

¿Eres uno de ellos? Tal vez tengas claro que sí, o puede que lo sospeches pero no sepas identificar si lo que haces está dentro de la normalidad o si tienes un problema que deberías tratar. O tal vez conozcas a alguna persona, puede que muy cercana, cuyo comportamiento pueda hacerte pensar que tal vez tenga un problema de adicción al trabajo.

Además, las proyecciones indican que se trata de un problema en auge, de forma que se prevé su incremento en los próximos años. En este artículo vamos a ver un esbozo de lo que es la adicción al trabajo, y algunos de los síntomas y problemas que la adicción al trabajo suele presentar.

¿Qué es la adicción al trabajo?

La adicción al trabajo no está definida a nivel médico -al menos de momento-, pero se relaciona con algunas formas de estrés y ciertos trastornos de la personalidad.

En el idioma inglés, el término que define la adicción al trabajo es el popular “workaholic”, que lo relaciona con el alcoholismo. Surge por primera vez en 1.968 y es popularizado en 1.971 por Wayne Oates, en su libro “Confessions of a workaholic”.

Como adelantábamos, el término no está reconocido como una patología psicológica, pero goza de gran popularidad y se identifica con aquellas personas que invierten una desproporcionada cantidad de tiempo y esfuerzo en su trabajo, de manera que se ve afectada su salud y/o su vida familiar o personal.

Dado que el trabajo goza de buena reputación social, no resulta sencillo identificar esta dependencia. Lo que estaría mal visto en otras conductas, como la adicción al juego o el alcoholismo, se identifica con cualidades positivas cuando se trata de adicción al trabajo. Por ello, salvo en grados muy avanzados, es raro que suponga un estigma social.

El adicto al trabajo suele cumplir con el siguiente perfil: hombre entre 40 y 50 años, urbano, de clase media, y profesiones como médico, abogado o ejecutivo. No obstante y aunque esto sea lo más habitual, la adicción al trabajo puede afectar a todo tipo de personas.

¿Cómo identificar la adicción al trabajo?

Como ocurre con muchas otras adicciones, su identificación será más o menos dificultosa tanto en función de quién sea la persona que la pretenda (el propio afectado o un tercero), como en función de lo avanzado que sea su grado. En casos muy palmarios, para un tercero puede ser relativamente sencillo identificar que una persona puede estar teniendo un problema serio con su dependencia del trabajo. En otros casos más leves, o si es la propia persona la que se lo pregunta, puede ser mucho más difícil determinar si la conducta supone un problema o si se encuentra dentro de la normalidad.

No obstante, existen una serie de síntomas y problemas que pueden indicar que una persona tiene un grado mayor o menor de adicción al trabajo. Los mismos pueden ser tanto físicos, psicológicos, sociales o de comportamiento.

Síntomas para detectar a un workaholic

  • Compulsión por el trabajo: Es el síntoma de base. La persona tiene obsesión por dedicar todo el tiempo posible a su trabajo, de forma que abandona otros aspectos de su vida, como la familia, las aficiones o las amistades. Además de eso, incluso cuando no está trabajando la persona piensa de forma compulsiva que debería estar haciéndolo, lo que le causa sentimientos de culpabilidad.
  • Preocupación por alcanzar un alto grado de rendimiento: La persona no sólo dedica una gran cantidad de tiempo al trabajo, sino que siente la continua necesidad de alcanzar un gran nivel de productividad, de forma que vivirá en un continuo estado de ansiedad ocasionado por el temor a no alcanzar el grado de rendimiento esperado. Paradójicamente, en algunas ocasiones la propia obsesión por dar un gran rendimiento perturbará y atenazará al trabajador, provocando que su rendimiento real sea pobre.
  • Dificultades para relacionarse: El trabajo ocupará un lugar tan preeminente en los intereses de la persona que no podrá establecer relaciones normales con familiares o amigos, pero tampoco con compañeros de trabajo.
  • Autoestima en función del rendimiento laboral: La persona centrará su autoimagen únicamente en el desempeño laboral. Sus logros o capacidades en otras facetas de la vida carecerán de cualquier valor para ella.
  • Incapacidad para delegar tareas: La obsesión por tener un completo control sobre su trabajo derivará en la imposibilidad para delegar tareas y dificultará el trabajo en equipo.
  • Problemas cognitivos: la ansiedad, la irritabilidad, la depresión o la infravaloración de cualquier actividad que no sea la laboral se presentarán habitualmente en el adicto al trabajo, afectando a su carácter y estado de ánimo.
  • Problemas fisiológicos: dolores de cabeza o musculares, estrés, insomnio, disfunciones sexuales, e incluso, a largo plazo, hipertensión y mayor probabilidad de tener problemas cardiovasculares, pueden afectar al adicto al trabajo.
  • Problemas sociales: abandono y conflictividad con familia o amigos, dejación de otras responsabilidades distintas del trabajo, e incluso el fomento de otras adicciones, como la drogadicción, pueden presentarse en algunos casos de adicción al trabajo.

Comportamientos típicos de un adicto al trabajo

Para determinar si una persona está sufriendo de adicción al trabajo, además de estos síntomas y problemas suelen presentarse una serie de comportamientos que pueden darnos pistas y ponernos en alerta:

  • Evitan cualquier actividad social no relacionada con el trabajo.
  • Siguen una mala alimentación derivada de su falta de tiempo o interés en cuidarse.
  • Tienen una mala consideración de sus compañeros de trabajo, a los que consideran vagos, ineptos o irresponsables.
  • Se llevan trabajo extra a casa –no confundir con el teletrabajo- y están continuamente conectados a su empresa a través de teléfonos móviles, portátiles, tablets, etc.
  • Evitan a su pareja.
  • Carecen de amistades.
  • Carecen de aficiones, las consideran pérdidas de tiempo.
  • Nunca toman vacaciones o descansos, y ponen excusas para no tener que tomarlos.

Conclusiones

Como podréis ver, aunque todavía no se considere la adicción al trabajo una patología como tal, puede ocasionar problemas y síntomas muy graves para la persona que la sufre y para las que están a su alrededor. Si tú, querido lector, o alguna persona que conozcas sufre estos síntomas, es muy conveniente que consultéis con un profesional capacitado para ayudaros.

Recuerda que la salud es lo primero, y aunque el trabajo sea algo importante en nuestras vidas, sin duda no es lo único importante.

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