Qué es DNS; concepto, cómo funciona, ventajas e inconvenientes

“¿Qué es DNS?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es DNS? ¿Y tú me lo preguntas?
DNS eres…”

Pues no, DNS no eres tú, sino que es el nombre por el cual conocemos al Sistema de Nombres de Dominio (Domain Name System), o lo que es lo mismo, el sistema jerárquico de nomenclatura que ordena los nombres de los integrantes que se conectan a redes IP, como puede ser Internet.

En este artículo vamos a conocer brevemente qué es DNS, cómo funciona, para qué se utiliza y algunas de sus ventajas e inconvenientes. Todo muy prosaico y con poca poesía. Porque para eso ya estás tú…

¿Comenzamos?

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¿Qué es DNS?

Aunque también cumple con otras funciones “menos populares”, DNS es un sistema que se encarga de organizar los nombres de los dominios web y hacerlos más “inteligibles” para todos aquellos que quieran conectarse a la red.

Como seguramente ya sabrás, cada uno de los dispositivos que se conectan a la red dispone de un número IP (Internet Protocol) que es el número que identifica a ese dispositivo como integrante de la red. Es algo así como lo que sería nuestra dirección física (la de nuestro domicilio, por ejemplo), pero en la red.

Lo que ocurre con estos números es que, como sucede con los números telefónicos, no suelen ser fáciles de recordar. Siguen una estructura como la siguiente: XX.XXX.XX.XXX

Y aunque es cierto que solemos recordar o almacenar los números de teléfono con cierta sencillez, imagina que tuvieras que hacer lo mismo con cualquier dominio web al que quisieras acceder. El listado terminaría por ser interminable y nuestro manejo de la red sería mucho más farragoso.

Vamos con un ejemplo.

Imagina que quieres conectarte a Google. Si no existiera un sistema como el DNS, cada vez que quisieras conectarte a Google tendrías que buscar y escribir una pesada cadena de números. Y lo mismo con cualquier otro sitio al que quisieras acceder.

Lo que hace el sistema DNS es “traducir” los nombres que damos a los dominios al lenguaje IP, con el fin de que los dispositivos (cliente y servidor, en este caso) puedan comunicarse satisfactoriamente sin necesidad de que nosotros, como usuarios, conozcamos los números IP de cada dominio.

¿Cómo funciona DNS en la práctica?

DNS utiliza una base de datos jerarquizada en la que se encuentra la información relativa a los nombres de dominio.

Si, por ejemplo, intentas acceder a una dirección web desde tu casa, el sistema DNS recorre toda una serie de pasos.

Imagina que realizas una petición que requiera una búsqueda DNS (por ejemplo, escribes el nombre de una página web en la barra de direcciones de tu navegador). Lo primero que hará tu ordenador será enviar una petición al servidor DNS local del sistema operativo. Este comprueba si la respuesta que necesitas se encuentra en la memoria caché de tu ordenador (por ejemplo, si has entrado recientemente a esa página es probable que la información aún se encuentre almacenada).

Si no se encuentra en la memoria caché, la petición se envía, a través de Internet, a uno o varios servidores DNS, que generalmente serán los que ponga a disposición de sus usuarios el proveedor de servicios de Internet que tengas contratado. En el caso de que tampoco se encontrara la información requerida en estos servidores DNS, se lanzaría la petición a otros servidores externos.

Estos son los pasos que se siguen, pero, ¿cómo se estructura la búsqueda? Veamos una idea clave.

Como decíamos antes, la búsqueda que realiza el sistema DNS es jerárquica, y esto es lo que explica la estructura de los nombres de dominio.

Los nombres de dominio se dividen en dos o más partes, llamadas etiquetas, y que están separadas por puntos. (Por ejemplo, blog.pandorafms.org).

A la etiqueta situada más a la derecha se la denomina dominio de nivel superior (el “org” en el ejemplo). Las siguientes a la izquierda son denominadas subdominios, y la que se encuentra más a la izquierda suele expresar el nombre de la máquina (ojo, no se refiere a una máquina física en particular). El sistema DNS utilizará toda esta información para jerarquizar sus búsquedas.

Algunas ventajas e inconvenientes del sistema DNS

Por todo lo anterior, ya puedes suponer que la principal ventaja del sistema DNS es que facilita enormemente el uso de Internet, que sería mucho más pesado y dificultoso en el caso de que tuviéramos que conocer todas las direcciones IP a las que quisiéramos acceder. Pero no es la única.

Otra ventaja considerable es, por ejemplo, la estabilidad que proporciona. Por diferentes motivos, las direcciones IP (por ejemplo las de los servidores que dan servicio a una página web) pueden cambiar, por lo que si quisiéramos acceder a un sitio web no solo sería necesario conocer la dirección IP, sino que esta información debería estar actualizada. Si nosotros mismos tuviéramos que hacerlo nos encontraríamos ante una tarea muy laboriosa. Por el contrario, el sistema DNS se encarga de actualizar las direcciones IP de una forma mucho más rápida y constante, evitándonos un importante esfuerzo.

Sin embargo, como todo en esta vida, el sistema DNS también tiene algunos inconvenientes, como los relativos a la seguridad. Por ejemplo, existe la posibilidad de que suceda uno de los famosos “ataques DNS”, en los que el atacante reemplaza la dirección DNS real por una fraudulenta, con el objetivo de engañar a los usuarios y dirigirlos (sin que ellos lo sepan) a direcciones maliciosas, generalmente con muy malas intenciones, como las de apoderarse de sus datos bancarios u otros datos sensibles. Además, también se dan otro tipo de prácticas fraudulentas, como la creación de dominios muy similares a los auténticos (por ejemplo, sustituyendo en el nombre la letra “l” por el número “1”) que pueden inducir a error a los usuarios y dirigirles a sitios web nocivos.

Monitorización DNS

Llegados a este punto, ¿quieres descubrir qué tienen que ver el DNS y la monitorización? Puedes verlo en este artículo de nuestro compañero Alexander De La Rosa. ¡Que lo disfrutes!

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