Nanotecnología; descubre qué es y cómo cambiará nuestro futuro

Podemos definir la nanotecnología como la técnica que se ocupa de la manipulación de la materia a escala nanométrica, esto es, una escala que se mueve en un rango entre 1 y 100 nanómetros.

Como probablemente esto no te haya aclarado demasiado las cosas, pongámoslo en perspectiva. Dado que un nanómetro es equivalente a una mil millonésima parte de un metro, podríamos simplificar la definición y afirmar que la nanotecnología es la técnica que pretende la manipulación de la materia a niveles de tamaño extremadamente pequeños.

Pero incluso así probablemente nos quedemos cortos a la hora de entender los tamaños de los que estamos hablando. Pongamos un ejemplo. Para ello nos viene muy bien el que encontramos en Wikipedia: “un nanómetro es la cantidad en que la barba de un hombre promedio crece en el tiempo al que a este le toma levantar la afeitadora a su cara”.

¿Nos hemos vuelto locos? ¡No se puede manipular la materia a una escala tan pequeña! Bueno, querido lector, es posible que nos hayamos vuelto locos en algún momento de nuestras vidas, pero debes saber que sí, el ser humano ya es capaz –aunque sea de forma limitada- de manipular la materia a escalas nanométricas.

De hecho, la nanotecnología es una disciplina bien establecida que incluso se enseña de forma regular en muchas universidades. Y es, además, una materia muy amplia. Al ser un área técnica definida por el tamaño, se puede afirmar que cualquier tecnología que se aplique a escala nanométrica es nanotecnología, estemos hablando robótica, informática, química orgánica o ciencia de materiales, entre muchas otras disciplinas.

La idea de nanotecnología –aunque todavía no tenía ese nombre- es barajada por primera vez en 1.959, de la mano del célebre físico ganador de un Premio Nobel, Richard Feynman. En una conferencia celebrada en el Instituto Tecnológico de California, titulada “En el fondo hay espacio de sobra”, Feynman teoriza por primera vez acerca de la manipulación de la materia a niveles atómicos. Con el tiempo, la conferencia se convierte en un clásico y pasa a la Historia de la Ciencia.

Pero tal vez su mayor divulgador no sea Feynman, sino el ingeniero K. Eric Drexler, conocido como “Padre de la Nanotecnología”. En su obra “Los motores de la creación: La llegada de la Era de la Nanotecnología”, Drexler profundiza en el concepto y especula con la visión de un futuro nanotecnológico. Incluso propone la idea de una fantástica herramienta que sería capaz de crear cualquier objeto con un grado de detalle a escala nanométrica: el “ensamblador universal”.

Desde sus albores y hasta la actualidad, la nanotecnología ha viajado desde ser una idea fantástica hasta hacerse cada vez más una realidad, gracias a avances en todo tipo de técnicas. Una de ellas es, por ejemplo, la invención del microscopio de efecto túnel en 1.981, que posibilita una visualización mejorada de la materia a nivel atómico (algo sin duda muy útil a la hora de manipularla), y cuya creación hizo merecedores a sus creadores, Gerd Binnig y Heinrich Rohrer, de un Premio Nobel de Física en 1.986.

Hoy, la nanotecnología es ampliamente utilizada y forma parte de nuestra vida cotidiana. En la actualidad, existen alrededor de 7.000 productos fabricados en base a la nanotecnología. Entre ellos encontramos desde cremas solares que protegen mejor la piel o envases alimentarios que cambian de color cuando la comida está en mal estado, hasta pantalones que repelen el agua, raquetas de tenis ligeras y resistentes o zapatillas antideslizantes. Materiales tan utilizados como los nanotubos de carbono, o el prometedor grafeno, han sido desarrollados en base a nanotecnología. Por no hablar de la informática, donde la fabricación de hardware lleva años manejándose a nivel nanométrico.

No obstante, y aunque todo esto ya resulte impactante, la nanotecnología en la actualidad nada tiene que ver con lo que promete ser en el futuro. Tal vez hayáis oído hablar alguna vez de la Tercera Ley de Clarke, atribuida al escritor británico de ciencia ficción Arthur C. Clarke, y que enuncia lo siguiente:

“Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia“.

Imaginad una nanotecnologia mucho más desarrollada, y estaremos hablando de magia. ¿Os apetece soñar por un momento?…

– La cura de todas las enfermedades

La manipulación de la materia a nivel nanométrico y un amplio saber del funcionamiento del cuerpo humano implicaría la cura de todas las enfermedades y la reparación de los efectos del tiempo sobre el cuerpo humano, probablemente hasta el punto de conseguir alcanzar la inmortalidad humana. Al igual que el motor de un vehículo, que puede repararse gracias a que conocemos cómo funciona y el tamaño de sus piezas resulta ser fácilmente manipulable, una nanotecnología avanzada completaría los saberes médicos para maniobrar en el cuerpo humano con total destreza. La idea no es descabellada; en la actualidad ya existen estudios médicos en fase experimental que utilizan nanobots para intentar luchar contra el cáncer.

– La creación de cualquier objeto imaginable

La fabricación del “ensamblador universal” de Drexler supondría ser capaces de crear cualquier cosa que nuestra imaginación pueda soñar. Su funcionamiento sería similar al de las actuales impresoras 3D; sólo sería necesario cargarlo con una determinada cantidad de materia y la definición a escala nanométrica que conseguiría el ensamblador podría convertirla en cualquier cosa que deseáramos, incluida materia orgánica.

– El fin de la contaminación

Probablemente sepáis de lo que hablamos si habéis visto la película Trascendence. Un ejército de nanobots diseñado para limpiar el medio ambiente podría eliminar tanto la contaminación presente como la que se generará en el futuro, logrando alcanzar, por fin, el sueño de un planeta limpio.

– Acceso a nuevas capacidades y nuevos mundos

Una nanotecnología lo suficientemente desarrollada permitiría al ser humano ampliar sus capacidades más allá de lo imaginable. Nanobots alojados en nuestro cerebro podrían incrementar nuestra memoria y nuestra inteligencia, o conectar nuestro sistema nervioso directamente a la red, accediendo de forma inmediata a todo tipo de conocimientos. O podrían hacernos sentir dentro de mundos virtuales, indistinguibles del mundo real.

Estas son sólo algunas ideas de lo que la nanotecnología podría lograr en el futuro. Pero hay que tener en cuenta que también tendrá sus riesgos. Cualquier persona o grupo malintencionado y dotado de nanoarmas podría causar una inmensa destrucción. E incluso la propia nanotecnología podría escaparse de nuestras manos, dando lugar a apocalipsis como la temida Plaga Gris, algo similar a lo que refleja la película Ultimatum a la Tierra, y que teóricamente tendría la capacidad de “engullir” todo el planeta…

Sea cual sea el futuro de la nanotecnología, lo que parece claro es que cambiará para siempre la Historia del ser humano. Y vosotros, ¿qué opináis?

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