Madrid, 07 de junio de 2022.- Las soluciones que ofrece la monitorización como servicio a una empresa son variadas, desde realizar un análisis para detectar el germen del problema hasta determinar la ruta del fallo. Sin embargo, una de las más importantes está en que solventa los problemas de formación de los trabajadores implicados o directamente la escasez de talento de estos. El aumento de la cantidad de información que hay en las empresas, y la obligación de saber gestionar bien esa estructura IT, hace que los trabajadores deban estar constantemente mejor cualificados.
Además, la creciente importancia que va teniendo el plano tecnológico hace que los responsables de infraestructura tengan cierta sobrecarga de trabajo. Algo que con un sistema de monitorización no sucede. Al contrario, pues con la monitorización como servicio se establece un teórico puente entre tecnología y negocio, dibujando un esquema donde se puede detectar fácilmente dónde está el origen del problema y ahorrando tiempo y acciones al equipo operativo.
La monitorización resta importancia a la tradicional implicación de personas de áreas diferentes de la organización y a la sobrecarga de trabajo que uno de los encargados en este proceso puede tener. En resumen, los sistemas de monitorización controlan todos los datos y permiten acceder a una información desde la misma plataforma, evitando que los encargados de esta área tengan que estar pendientes de varios frentes sin poner su máxima concentración en uno solo. Así también se reduce el coste de inactividad.
“Hay que tener en cuenta que la transformación de una determinada empresa implica que hay más software. Y, por lo tanto, más áreas de negocio que dependen de la tecnología. Una serie de cambios que implican la necesidad de contratar a perfiles más competentes. Todo con el objetivo de que todas las piezas encajen a la perfección, bien el ordenador y su software como la red y el técnico que la dirige”, explica Sancho Lerena, CEO de la empresa española Pandora FMS, referencia internacional en la monitorización.
Muestra de esta necesidad es que el crecimiento de las infraestructuras híbridas es de un 25% anual según los datos de la IDC (International Data Corporation). Por ello, muchas empresas están apostando por sacar fuera su infraestructura de monitorización IT para ahorrar dinero y especialmente tiempo.
Este proceso de poner toda la organización de la información IT bajo el paraguas de un mismo sistema también sirve de ayuda al responsable de infraestructura, pues tiene mayor capacidad para gestionar sus registros. Por un lado, recoge todos los datos pese a que se trate de un gran volumen. Y, en segundo lugar, concentra el acceso a toda esa información en una misma consola centralizada.
En conclusión, se acaba con la falta de tiempo del trabajador para estar pendiente de tareas fundamentales como la seguridad o la gestión de datos. También se finaliza con la posible falta de capacidad para adaptarse a los distintos sistemas operativos que puede haber en una misma empresa. Y, por último, se minimiza la carga de trabajo que supone enfrentarse a un constante flujo de datos donde hay que detectar cualquier mínimo error. Sistemas como Splunk, Datadog o el mismo Pandora FMS ayudan en el proceso.
Mediante la monitorización se consigue utilizar la información de manera reactiva, adelantándose a problemas y a alertas recibidas; preventiva, pues se obtienen análisis que ayudan a estar preparados ante cualquier escenario pesimista; y retrospectiva, pues también se estudian las crisis aparecidas para conocer el alcance de su impacto y saber cómo actuar de forma correcta en próximas ocasiones.